En huelga de gol

Los paros y huelgas, en general y ante todo cuando se les brinda atención suelen ser llamativos, en cuanto a que indican que un aspecto de cualesquier actividad humana no está andando del todo bien, o mejor, no satisface determinados intereses…la Copa América no es una excepción, en cuanto a que no está exenta de una huelga, la del gol, que particularmente perjudica, más allá de los mismos equipos protagonistas, a los aficionados ávidos de un buen espectáculo futbolero, no existente hasta ahora en tierras argentinas; se dio un nuevo 0-0, entre Paraguay y Ecuador, un partido en el que fue común aquello que ha afectado a los seleccionados que disputan la competición continental: la falta de contundencia además de lucidez a la hora de forjar las ocasiones de anotación.

Y es que al parecer para Argentina fueron invitados 11 países-más el organizador, claro está- algunos patrocinadores, buena cantidad de periodistas y quizá mercaderes del fútbol, sin embargo hasta ahora el que debe ser el comensal de honor poco ha aparecido en el marco de una competición que no ha exhibido el mejor nivel futbolístico.

Lo último no dejó de ser una realidad en el compromiso que enfrentó a paraguayos y ecuatorianos; fueron los guaraníes quiénes durante buena parte del partido tuvieron la iniciativa ofensiva, haciendo posesión del balón y buscando resquebrajar a una no muy firme defensa ecuatoriana que se amparó en la figura de Marcelo Elizaga, su guardavallas, quién se fue erigiendo como la figura del cotejo, con el fin de no iniciar su andar en el torneo con derrota.

Durante el primer tiempo notables fueron los 27 minutos iníciales de Paraguay, seleccionado que se acercó al gol a través de Edgar Barreto, con un potente remate dentro del área, y de Néstor Ortigoza el cual no pudo capitalizar el rebote de un cabezazo suyo que eficientemente había salvado Elizaga.

Aún así fue Ecuador el contendiente que contó con la ocasión, que se podría decir, fue la más clara del partido para los tricolores, quienes se ilusionaron en el momento en que Christian Benítez había eludido a tres defensores paraguayos y había quedado mano a mano con Justo Villar, cancerbero guaraní, instancia en la que el delantero ecuatoriano trastabilló sin poder capitalizar una opción a partir de la cual los dirigidos por Reinaldo Rueda se animaron un poco a equilibrar el dominio de las acciones buscando con más insistencia la portería rival, sin éxito a fin de cuentas.

Tampoco dio frutos la incursión ecuatoriana a huestes guaraníes en los primeros compases del segundo tiempo: salvo un acercamiento de Felipe Caicedo los discípulos de Rueda no se podían jactar de hacer peligrar de manera crítica la resistencia de la valla paraguaya.

Por su parte, los adiestrados por Gerardo Martino reasumieron el mando del andamiaje o ritmo del partido, aunque sin el ahínco con el que lo habían dominado durante el primer tiempo; no dejaron los albirrojos de tener chances de gol, no obstante se encontraron una vez más con la figura de Elizaga, el cual inhibió de celebración a Marcelo Estigarribia en un primer momento y luego a Roque Santa Cruz con una notable atajada a un balón que se dirigía a cruzar la línea de anotación. Un último intento de ataque fue efectuado por Haedo Valdez, pero su disparo no vio puerta, más bien, pasó al lado de ella.

Se diluía de tal forma un partido dentro del que no fue común la profundidad, creatividad y efectividad menester para ver como 11 hombres celebran lo que otros lamentan: un gol, ese mismo invitado, el más importante de cualesquier cita futbolística claro está, que pese a ello  no ha sido tratado como tal durante los primeros días de ésta cita sudamericana desarrollada en tierras argentinas…por lo pronto hay huelga de gol, cosa que se puede considerar corrosiva para el fútbol.

Paraguay jugará su próximo partido en Córdoba ante Brasil, el 9 de julio, en tanto que Ecuador enfrentará el mismo día a Venezuela en Salta.

 

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